Todo Rincón es un Centro…Todos somos centro único de nuestra propia experiencia y solo entre todos reunimos las diferentes experiencias que nos permiten entender el contexto de la realidad en que compartimos nuestras vidas…
Ramón Vera
La realización de tres Ferias Por Un Desarrollo Sonreíble, permitió alcanzar sensibilización dentro de un público cuantioso sobre la importancia de consumir conscientemente. La gente quedaba satisfecha con los productos que conseguía en las ferias. Pero ante los pocos espacios existentes para conseguir estos productos nacionales a precios accesibles, debían esperar a la realización de otra feria.
Considerando esta situación, dialogamos y decidimos abrir un espacio permanente donde ofrecerlos, para promover el comercio solidario y el consumo consciente.
El lunes 15 de marzo del 2012, gracias al apoyo de nuestros amigos del Restaurante “La Hoja de Aire” quienes nos cedieron un espacio para iniciar esta idea, abrimos un rinconcito para comercializar productos alimenticios no perecederos, de cuido personal, de limpieza, medicina tradicional, granos básicos, presentando alternativas para suplir nuestra canasta básica.
Entre los integrantes del Colectivo nos turnamos los horarios de atención y trabajamos voluntariamente tanto en la atención como en la administración del Rinconcito Sonreíble.
Conforme fue creciendo, decidimos independizarnos del pequeño rincón en que empezamos la idea de tienda sonreíble. El corredorcito del Restaurante La Hoja de Aire, que nos acogió y nos apoyó solidariamente brindándonos el espacio, agua, luz y amor.
¿”Como funcionó el local del Rinconcito Sonreíble”?
Para montar el local independiente, en la calle de los grafitis, no contábamos con financiamiento de ningún tipo. Entre todas las personas que conformábamos el colectivo en ese momento lo fuimos montando y aportando lo necesario. Tuvimos muchas donaciones de materiales e implementos de parte de familiares y amistades.
La idea era un espacio concreto donde ofrecer los productos, para que la gente pudiera consumir sonreíblemente. Buscando hacer que esto funcionara, asumimos distintas responsabilidades: contacto con los productores, recoger encomiendas, depositar platas, atender a la gente, limpieza, arte y diseño, entre otras cosas.
Decidimos incorporar una cafetería para tener un ingreso mayor y ayudarnos tanto a sostener el pago del alquiler del local, como a pagar nuestras horas de trabajo. Cada día estaba asignado para que 2 miembros del colectivo o voluntarios cocinaran y atendieran el local, no hay un menú sino un plato del día asignado a la creatividad de los encargados del día!
El dinero que ingresa por el plato del día se lo deja quién cocinó ese día. Lo que son ensaladas y bebidas quedan en la caja y se destinan al pago del alquiler. Además los miembros activos del Colectivo pueden llevar algo de repostería por semana y recibir esa ganancia extra, sirviendo esto para acompañar la oferta del café en las tardes. Si la persona no tenía tiempo esta semana, tenía derecho de ofrecerle a algún familiar o amigo que lo hiciera en su lugar y así beneficiar a esa persona.
El colectivo está compuesto por toda persona que participe y colabore asumiendo responsabilidades e identificándose con la idea de hacer las cosas de una manera distinta y por una vida mejor. Hay un conjunto de personas que han participado de forma voluntaria para actividades específicas, con lo que podemos decir que hay una red de colaboradores. Todas estas personas son indispensables, si alguno no cumple, esto se siente y se refleja en el trabajo colectivo. Es por esto que hacemos siempre énfasis en el compromiso y la solidaridad, en pro de las buenas relaciones.
Nuestra vivencia colectiva....
Fuimos inventando nuevos modos de organización, apostándole a la inteligencia colectiva y a la búsqueda de horizontalidad en las relaciones. El Colectivo ha tratado no sólo de crear nuevas estrategias de comercialización de los productos, sino también de crear relaciones directas entre los productores y los consumidores. Así como de reflexionar acerca de los espacios económicos de nuestras vidas, como la producción, el intercambio y el consumo.
Recordamos estar sentados en medio del local, completamente vacío, sabiendo que no contábamos con más dinero que para el primer alquiler. Por dicha contábamos con lápices de colores y algunas hojas, así empezamos a imaginar lo que podría ser. De ahí, empezar a botar paredes y construir.
Poco a poco se nos fue uniendo gente, y en ese vaivén de idas y venidas, podemos decir con orgullo que el espacio ha estado siempre abierto a los que quieran participar. Todo lo que hemos logrado, lo construimos mientras descubríamos que es posible organizarse de otras maneras y que la búsqueda de la autonomía es un acto colectivo, diverso y se escribe en plural.
Hemos buscado resaltar el propósito y la acción orientada a crear nuevas formas de organizarse, basadas en la unión, la creatividad de cada uno y cada una, pero compartida.
Esta forma de trabajar y de ver las cosas, ha hecho que, con gran satisfacción, el colectivo, dentro del marco comercial y legal, no encaje dentro de ninguna jurisdicción. Es por esto que hemos trabajado anárquicamente y sin conformarnos, ya que la forma de organizarnos no encaja dentro de los parámetros requeridos para la legalidad. Así, sin involucrarnos en burocracias, mantuvimos un local de comercio Sonreíble por casi dos años.
Esta experiencia ha sido una forma de organización que ha ido más allá. Se ha auto inventado colectivamente, no existe patrono, no existen empleados, ni tampoco juntas directivas. Solamente existe un trabajo colectivo, resistiéndose a las formas convencionales con creatividad y solidaridad.
Más allá de todo esto, el proyecto representa para nosotros un intento de utopía, empezando a gestarse colectivamente.
Hace unos meses tomamos la decisión de cerrar el local del Rinconcito Sonreíble. Por un lado algunos miembros del Colectivo se han dispersado por diversas razones y sobre todo el pago de un alquiler comercial en zona universitaria, estaba consumiendo todas las ganancias que producía el proyecto, por lo cual vimos que había que cambiar el plan de acción y en eso estamos. Cerrando inventario primero, para cerrar las cuentas pendientes del Rinconcito Sonreíble y en adelante ponernos a proyectar la idea del Desarrollo Sonreíble independiente al pago de un alquiler comercial.
Nuestro intento…
En un proyecto que involucra colectividad, se involucra también la forma de pensar y de ver el mundo de muchas mentes distintas, a veces por más afines nuestras ideas, somos muy distintos en nuestra forma de ver el mundo.
Podemos agregar a todo esto que las verdaderas barreras que tenemos ante nosotros no son ni el capitalismo, ni las armas, ni las políticas internacionales. Son todos los aspectos de este modelo social en que vivimos, que han encontrado cabida y hospedaje dentro de nosotros, manifestándose inconscientemente a la hora de relacionarnos.
Dentro de la colectividad surgen todas estas cosas, que mas allá de lo colectivo, debemos trabajar individual y espiritualmente para cambiar. Es por esto que para trabajar en colectivo, por un Desarrollo Sonreíble, estamos empezando apenas el aprendizaje fundamental que es abrir nuestros corazones para sanar nuestras relaciones.
Todo esto es parte del aprendizaje colectivo y del trabajo personal que debemos hacer en cada una de nosotras para fortalecer la colectividad.
Ante esto vamos aprendiendo la importancia de dialogar, de aprender a escuchar, de comprender las diferencias y los diferentes puntos de vista y de pensamiento. Empezamos a aprender…
…A nunca tomarnos nada personal, entender que cada persona es una proyección de su propia realidad. A dejar de hacer suposiciones, más bien buscar comunicarnos claramente, y evitar malentendidos. Sobre todo, intentar hacer siempre lo mejor que podamos, bajo cualquier circunstancia, para ahorrarnos auto juicios, arrepentimientos y el abuso de nosotros mismos… (Los cuatro acuerdos, Miguel Ruiz)
Este intento de trabajar colectivamente lo hemos llamado ‘Colectivo Por Desarrollo Sonreíble’.
martes, 27 de marzo de 2012
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